El pasado 11 de Octubre se celebró el día de Ada Lovelace a nivel mundial y nosotras aprovechamos la ocasión para hacer nuestro acto de presentación al público. ¿Qué mejor día para iniciar una iniciativa como esta que el día dedicado a la primera programadora?
El acto se dividió en dos partes: en primer lugar dimos una pequeña charla de presentación y, después, iniciamos un debate sobre la situación actual de la mujer en tecnología.
Charla de presentación
En nuestra charla respondimos a las siguientes preguntas:
- ¿Quiénes somos?
- ¿Qué pretendemos?
- ¿A quién nos dirigimos?
- ¿Cómo colaborar?
- Y finalmente, presentamos un pequeño calendario con las charlas que teníamos ya programadas.
Además, también presentamos estadísticas sobre cómo el número de mujeres en el mundo de la tecnología ha disminuido considerablemente en los últimos años. Si combatimos los estereotipos, la presión social, el abandono y las inseguridades podemos hacer que esto cambie radicalmente. Para ello, haremos debates sobre el tema y demostraremos cómo las mujeres somos capaces de usar la tecnología para conseguir nuestros objetivos.
Debate
Tras nuestra charla, empezamos a hacer un debate en el que el público pasó a tener el papel principal.
Para comenzar el debate, leímos una carta, publicada en un periódico, de un alumno de ingeniería a sus compañeras. En ella, el autor felicita a sus compañeras, pues aunque están en el mismo sistema educativo, ellas han crecido en una sociedad que infravalora las capacidades de la mujer y sólo se fija en su apariencia, en una sociedad que las anima a dejar de lado las ciencias pues son demasiado complicadas y las juzgan por mostrar sus intereses o dotes de liderazgo.
Así, el público se animó a dar su opinión respecto y a contar experiencias personales que reflejaban justamente lo que el autor de la carta contaba. Se vieron distintos puntos de vista: puntos de vista de mujeres que lograron superar todas estas barreras para convertirse en científicas e ingenieras y, por otro lado, de hombres que ven cómo esta situación no es una excepción, sino que es «lo normal en el día a día». También vimos cómo a muchas mujeres se les insta en dejar sus intereses científicos y técnicos para ser algo más «femenino», ya que es un mundo de hombres.
Tras acabar el debate, algunos de los asistentes nos hicimos una foto y nos fuimos de cervezas.
